Sueño con elegantes cisnes,
el paisaje rocoso
alrededor del estanque,
espejos de agua que reflejan
delgadas patas de elefantes.
Pachidermos pe(n)sados,
devienen en levedad voladora
parecen encontrar un reflejo
en algún apocado arbusto.
Los árboles desnudos cuelgan,
los leños encendidos en las colinas,
las rocas duras y ennegrecidas,
nubes un poco extrañas.
Complacida mi mirada
aparto las montañas erosionadas por el tiempo.
poso las manos en mis caderas
y me sumerjo en el último
blanco, infinido, saludo.